24.2.07

[I-001] El Sueño

En la tierra pacífica de Nihon, país del continente Aisan, ubicado al oeste extremo del mundo, vive Minti Saigo. Minti es un joven de 15 años que vive cerca del pueblo Shimaikomu, un pequeño pueblo fundado hace solo 20 años.

Minti: [Es extraño... Ese sueño... Y ahora esa cara... ¡Ah! Maldición... Debería dejar de preocuparme por eso y pensar más en la excusa que le daré ahora a Sensou...]

El joven se encontraba sentado justo al borde de un acantilado que estaba cerca de su casa. Minti no era muy alto, tenía una musculatura medianamente desarrollada, un cabello negro a la altura de sus ojos pardos. Ropa normal. Azul marino y gris. Vendas en los tobillos, y muñequeras rojas. Su mirada era seria, casi no tenía expresión en su rostro. Sin embargo, dentro de sí mismo pensaba en muchas cosas. Entre ellas, el sueño que tenía seguidamente desde hace años. Observaba como un espectador, siete siluetas de personas frente a una solitaria, y luego solo eran una frente a otra. Ambas siluetas peleaban, causando enormes explosiones en lo que parecía ser la Tierra en una época remota. Cada silueta tenía un brillo diferente. Mientras una era blanca y brillante, la otra tenía un rojo oscuro y siniestro. Después de un rato, las siluetas comenzaban a brillar mucho más, hasta que causan una enorme explosión a causa de un choque. Luego de eso, Minti despierta, y así había sido por más de 10 años. Sin embargo, la noche anterior había diferente. Aunque todo era igual hasta el final, después de la explosión apareció un rostro femenino que causaba una sensación muy extraña en Minti. Eso lo había tenido pensando toda la mañana.

Heiwa: ¡Minti! ¡Entra ya!

Minti: [Mi madre.]

Era tarde. Minti sintió la preocupación de su madre en su voz. Corrió. Su madre, Heiwa Saigo, era una mujer paciente y tierna pero triste. El padre de Minti, Sensou, era serio, terco, autoritario y frío. Eran completamente diferentes. Minti sufría por esta situación siempre, sabiendo que su madre sufría y que su padre era un tirano. Ya estaba cansado de soportar todo eso. Iba decidido a enfrentar lo que no había enfrentado en 15 años de vida.

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